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El valor de un análisis de sangre en la esclerosis sistémica difusa

  • Foto del escritor: Dra. Maria Claudia Diaz
    Dra. Maria Claudia Diaz
  • 25 ago
  • 3 Min. de lectura

La esclerosis sistémica es una enfermedad autoinmune poco frecuente pero muy seria, que provoca endurecimiento de la piel y puede afectar órganos vitales como los pulmones, el corazón y el sistema digestivo. En su forma más agresiva, llamada esclerosis sistémica difusa, la enfermedad progresa rápidamente y con frecuencia se asocia a mayor discapacidad y riesgo de complicaciones graves.

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Uno de los grandes desafíos para médicos y pacientes ha sido anticipar qué personas tendrán una evolución más complicada. Ahora, un estudio internacional publicado en 2025 ofrece una luz de esperanza: un simple análisis de sangre, que mide el llamado puntaje de interferón tipo I (IFN), puede ayudar a identificar a los pacientes con mayor riesgo y abrir la puerta a un manejo más temprano y personalizado.


1. ¿Qué es el puntaje de interferón tipo I?


El interferón tipo I es una molécula relacionada con la inflamación y la respuesta del sistema inmune. En este estudio, los científicos midieron seis proteínas en la sangre para calcular un “puntaje de IFN”. Cuando este puntaje es elevado, se considera que la persona tiene un estado “IFN-alto”, lo que refleja una mayor actividad de la enfermedad.

Esto significa que, con una sola muestra de sangre, los médicos podrían tener un indicador objetivo para saber si la enfermedad está más activa de lo esperado. Así, el puntaje de IFN se plantea como un posible biomarcador, es decir, una herramienta que ayuda a medir y predecir cómo puede evolucionar la esclerosis sistémica difusa.


2. Resultados en los pacientes estudiados


El estudio incluyó a 110 pacientes en Estados Unidos, 72 en el Reino Unido y 32 personas sanas como grupo de comparación. Entre los pacientes recién diagnosticados, casi la mitad (45%) resultaron con puntajes IFN-altos, mientras que en los pacientes con más años de enfermedad el porcentaje fue del 38%.

Estos números reflejan que el puntaje de interferón tipo I no es un hallazgo aislado, sino algo que ocurre con frecuencia en quienes padecen esta enfermedad. En otras palabras, el test puede ayudar a identificar a un grupo considerable de pacientes que están en mayor riesgo de complicaciones.


3. Relación con la función pulmonar


El daño pulmonar es una de las complicaciones más graves de la esclerosis sistémica difusa. El estudio mostró que los pacientes con puntajes IFN-altos tenían desde el inicio peor función respiratoria: su capacidad vital forzada (FVC) era de 72%, frente al 85% en quienes tenían puntajes bajos.


De forma similar, la capacidad de los pulmones para transferir oxígeno (DLCO) fue mucho menor en los pacientes IFN-altos: 57% contra 77% en los IFN-bajos. Estas diferencias son muy significativas, pues muestran que el puntaje IFN puede reflejar qué pacientes tienen más riesgo de daño pulmonar temprano.


4. Impacto en la calidad de vida


Más allá de los órganos internos, la enfermedad también afecta la vida diaria de las personas. En el estudio, los pacientes con puntajes IFN-altos reportaron más dificultades para realizar actividades cotidianas. Esto se midió con un cuestionario llamado HAQ-DI, donde los IFN-altos tuvieron una puntuación de 1.4, frente a 0.8 en los de puntaje bajo.


Esto significa que las limitaciones físicas y el impacto en la independencia personal eran mayores en quienes tenían un puntaje IFN alto. En palabras simples, el test no solo predice daño en órganos, sino también la calidad de vida de los pacientes en su día a día.


5. Supervivencia a 5 años


El hallazgo más impactante del estudio fue la relación entre el puntaje IFN y la supervivencia. A los cinco años de seguimiento, la mortalidad acumulada fue del 24.9% en los pacientes con puntajes IFN-altos, frente a solo 8.6% en los pacientes con puntajes bajos.


Esto indica que el puntaje de interferón tipo I puede ayudar a predecir no solo la actividad de la enfermedad, sino también las probabilidades de supervivencia a mediano plazo. Así, contar con esta herramienta puede ser clave para tomar decisiones más oportunas en cuanto a tratamientos intensivos o controles más estrictos.


Conclusión


Los resultados de este estudio representan un avance muy relevante en la esclerosis sistémica difusa. El puntaje de interferón tipo I, obtenido con un análisis de sangre, podría convertirse en una herramienta accesible para anticipar complicaciones, evaluar el riesgo de cada paciente y orientar al médico hacia un plan de manejo más personalizado.


Para los pacientes, esto significa esperanza: tener un marcador que permita a los médicos actuar antes de que el daño avance, mejorar la calidad de vida y aumentar las probabilidades de supervivencia. Aunque aún se necesitan más estudios para que este análisis se use de manera rutinaria, el futuro de la atención en esclerosis sistémica parece estar cada vez más cerca de la medicina personalizada.


Basado en:Hinchcliff M, Khanna D, De Lorenzis E, et al. Serum type I interferon score as a disease activity biomarker in patients with diffuse cutaneous systemic sclerosis: a retrospective cohort study. The Lancet Rheumatology. Vol 7, e403–14, junio 2025.

 
 
 

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