Vacunas Indicadas para Pacientes con Enfermedades Reumáticas
- Dra. Maria Claudia Diaz
- hace 7 días
- 3 Min. de lectura
Los pacientes con enfermedades reumáticas a menudo requieren tratamientos que modulan o suprimen el sistema inmunológico para controlar la inflamación y el dolor. Aunque estos tratamientos son esenciales para mejorar la calidad de vida, también pueden aumentar la susceptibilidad a infecciones. Por esta razón, la vacunación juega un papel fundamental en la protección de la salud de estos pacientes. Sin embargo, es importante elegir y aplicar las vacunas adecuadas según el tipo de enfermedad, el tratamiento y el estado del sistema inmune.

La vacunación en pacientes reumatológicos no solo previene enfermedades infecciosas graves, sino que también reduce el riesgo de complicaciones, hospitalizaciones y mortalidad. A pesar de esto, aún existe falta de información y, en algunos casos, miedo o dudas acerca de la seguridad de las vacunas en este grupo. Por eso, comprender por qué son importantes y cuáles están indicadas es un paso clave para un cuidado integral.
1. ¿Por qué la vacunación es importante en enfermedades reumáticas?
Los pacientes con enfermedades reumáticas, como artritis reumatoide, lupus, espondiloartritis y vasculitis, pueden tener un sistema inmunológico alterado tanto por su condición como por los medicamentos utilizados. Esto los hace más vulnerables a infecciones como neumonía, influenza o herpes zóster. Estas infecciones pueden complicarse con mayor frecuencia y ser más graves en comparación con la población general.
En varios estudios se ha observado que las infecciones representan una de las principales causas de hospitalización en personas con enfermedades reumáticas. Vacunarse de forma adecuada reduce de manera significativa ese riesgo, permitiendo que los pacientes mantengan una vida más activa, saludable y con menos interrupciones en sus tratamientos, mejorando su bienestar general.
2. Vacunas recomendadas de forma general
Las vacunas recomendadas con mayor frecuencia para pacientes con enfermedades reumáticas incluyen la vacuna contra la Influenza (anual), la vacuna contra el Neumococo, la vacuna contra Hepatitis B y la vacuna contra el Herpes Zóster (en adultos). Estas vacunas son seguras para la mayoría de pacientes, incluso aquellos que reciben medicamentos inmunosupresores, siempre y cuando se planifiquen correctamente.
Por ejemplo, la vacuna contra la Influenza ha demostrado reducir significativamente el riesgo de complicaciones respiratorias. La vacuna contra el Neumococo ayuda a disminuir los casos de neumonía y se recomienda especialmente en quienes toman corticosteroides o inmunosupresores. Por otro lado, la vacuna contra el Herpes Zóster en su versión recombinante (no viva) es preferida porque no representa riesgo de infección y es más segura en personas inmunocomprometidas.
3. ¿Qué vacunas deben evitarse o requerir precaución?
Las vacunas de virus vivos atenuados (como la antigua vacuna de Herpes Zóster Zostavax, la triple viral o la varicela) generalmente no se recomiendan en pacientes que se encuentren bajo medicamentos inmunosupresores de moderada a alta intensidad. Esto se debe a que el sistema inmunitario debilitado podría no controlar adecuadamente la replicación del virus contenido en la vacuna.
Sin embargo, esto no significa que estén completamente prohibidas, sino que deben evaluarse caso por caso, preferiblemente antes de iniciar el tratamiento inmunosupresor. En estas situaciones, es esencial la valoración y orientación por parte del reumatólogo, quien determinará el mejor momento para aplicarlas de forma segura.
4. Seguridad y eficacia de las vacunas
Diversos estudios han confirmado que las vacunas recomendadas son seguras en pacientes con enfermedades reumáticas y no empeoran la actividad de la enfermedad. La evidencia científica ha mostrado que los brotes después de la vacunación son extremadamente raros, y cuando ocurren suelen ser leves y transitorios.
Además, se ha demostrado que aunque algunos medicamentos pueden disminuir parcialmente la respuesta inmunológica a la vacuna, la protección obtenida sigue siendo beneficiosa y clínicamente relevante. Esto significa que vale la pena vacunarse incluso si la respuesta no es tan alta como en una persona sin inmunosupresión.
5. Cifras recientes que refuerzan su importancia
A nivel mundial, se estima que las infecciones representan aproximadamente el 20% de las hospitalizaciones en pacientes con artritis reumatoide y hasta el 30% en pacientes con lupus eritematoso sistémico. Además, las personas inmunosuprimidas tienen hasta 2 o 3 veces más riesgo de padecer infecciones graves prevenibles por vacunas, como influenza o neumococo, en comparación con la población general.
Estas cifras muestran que la vacunación no es un complemento opcional, sino un componente esencial del cuidado médico en reumatología. La prevención sigue siendo la herramienta más eficaz para proteger la salud y evitar complicaciones.
Conclusión
La vacunación es una estrategia clave para proteger la salud de las personas con enfermedades reumáticas. Permite reducir riesgos, prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida. Consultar con el reumatólogo y mantener un esquema de vacunación actualizado es una medida simple, segura y fundamental para un manejo integral de estas condiciones. La prevención también es parte del tratamiento.
Fuentes
Organización Mundial de la Salud (OMS)
Centers for Disease Control and Prevention (CDC)
European League Against Rheumatism (EULAR)
American College of Rheumatology (ACR)


