Introducción
El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad compleja, heterogénea y autoinmune caracterizada por un amplio espectro de manifestaciones clínicas, y la producción de numerosos autoanticuerpos y citoquinas.
Esta heterogeneidad y la superposición de los síntomas con otras enfermedades hacen su diagnóstico desafiante, incluso para reumatólogos experimentados. Este es particularmente el caso en las primeras etapas de la enfermedad, cuando un número limitado de características clínicas y serológicas apuntan a que el LES puede estar presente.
A pesar de los avances en la investigación del lupus en las últimas décadas, el diagnóstico de LES sigue siendo, a menudo, desafiante. No sólo la heterogeneidad de las manifestaciones clínicas sino también la falta de un único biomarcador de diagnóstico, disparidades en la susceptibilidad y mortalidad del LES, fuentes de datos heterogéneas, escasa fiabilidad de los autoinformes, codificación poco fiable en las bases de datos del sistema de salud y la variabilidad en la acceso a la atención de salud para poblaciones vulnerables de alto riesgo son factores importantes que dificultan a los epidemiólogos obtener estimaciones precisas de la incidencia, prevalencia, y mortalidad del LES.
Prevención de la aparición de LES
Hay varios factores relacionados con el riesgo de desarrollar LES, por lo que, si los modificamos, podríamos reducir este riesgo. La adherencia a múltiples comportamientos (dieta saludable, ejercicio regular, no fumar, consumo moderado de alcohol y mantener un índice de masa corporal saludable) se asoció con una menor incidencia de LES.
Las mujeres que tenían al menos cuatro de estos comportamientos saludables, su riesgo de desarrollar LES era 50% menor que las mujeres que tenían uno o ninguno de estos comportamientos saludables.
En un estudio Black Women's Health, una dieta baja en carbohidratos y alta en grasas presagiaba un mayor riesgo de desarrollar LES. De manera similar, la falta de sueño (menos de 7 horas por noche) representa un riesgo de presentar esta enfermedad.
La deficiencia de vitamina D es más común en pacientes con LES que en individuos sanos, y en un ensayo reciente, la suplementación con ácidos grasos, omega-3 y Vitamina D ha sido asociado con una reducción en la incidencia de varias enfermedades autoinmunes; sin embargo, el impacto de los suplementos de ácidos grasos y el omega-3 no fueron estadísticamente significativos. Estos resultados sugieren que un nivel adecuado de vitamina D podría estar asociado con un riesgo reducido de desarrollar LES.
Conclusiones
La alta heterogeneidad del lupus hace que su diagnóstico sea desafiante, incluso para reumatólogos experimentados, ademas de la dificultad en la obtención de tasas precisas de la incidencia y prevalencia de la enfermedad. Disparidades raciales/étnicas en la susceptibilidad al LES, la heterogeneidad de las fuentes de datos, los diferentes criterios de clasificación utilizados para el lupus, codificación en las bases de datos poco fiables del sistema de salud y la falta de acceso a atención de salud para poblaciones vulnerables y desfavorecidas son factores adicionales que dificultan la obtención precisa datos sobre la incidencia y prevalencia del LES.
Para superar estos inconvenientes, los registros de lupus basados en la población ofrecen varias ventajas ya que proporcionan estimaciones basadas en la población de incidencia y prevalencia de LES diagnosticado. Sin embargo, a pesar de estos inconvenientes, el LES se está logrando diagnosticar con más frecuencia ahora que en décadas pasadas.
Varios factores pueden contribuir en el aumento en la incidencia y prevalencia del lupus en las últimas cuatro décadas: (1) una mejor comprensión de la patogénesis del LES puede ayudar en la identificación de casos incidentes antes en el curso de la enfermedad; (2) un aumento de la diversidad étnica y racial de la población, como ocurre, por ejemplo, en Estados Unidos; (3) Los Criterios EULAR/ACR 2019, permiten clasificar más pacientes que los anteriores criterios ACR de 1997; (4) la incidencia de LES es mayor según los criterios EULAR/ACR de 2019 que el ACR de 1997 y criterios SLICC; y (5) debido a la mejora en la supervivencia en las últimas décadas, la prevalencia del LES ha aumentado y se espera que siga aumentando en los próximos años.
Finalmente, dado que el LES es una enfermedad incapacitante y costosa, es importante tener una atención clínica enfocada en la detección y prevención del LES lo cual tendría un impacto favorable en la población de riesgo y desde una adecuada consejería encaminar a eliminar estilo de vida y factores de riesgo ambientales, un diagnóstico temprano y un tratamiento precoz pueden ayudar a prevenir o retrasar el desarrollo de LES, así como reducir el daño de órganos, la mortalidad, y el costo de cuidar a estos pacientes.
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Fuente: González et al. The rise and rise of lupus. SAGE Publishing
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