Herpes Zóster y Enfermedades Autoinmunes: 4 Claves para Protegerte
- Dra. Maria Claudia Diaz

- hace 4 días
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Actualizado: hace 4 días
Vivir con una enfermedad autoinmune como la artritis reumatoide, el lupus o la esclerosis sistémica implica cuidar no solo los síntomas propios de la enfermedad, sino también prevenir complicaciones relacionadas con el sistema inmunológico. Una de ellas es el herpes zóster, conocido popularmente como culebrilla, una infección que puede causar dolor intenso y afectar la calidad de vida.

El riesgo de desarrollar herpes zóster es más alto en personas que toman medicamentos que reducen las defensas, como los inmunosupresores o biológicos. Por eso, conocer los factores de riesgo y las medidas preventivas, como la vacunación, es fundamental para protegerte y mantener tu bienestar.
1️⃣ ¿Qué es el herpes zóster?
El herpes zóster ocurre cuando el virus de la varicela, que permanece “dormido” en el cuerpo después de haber pasado la enfermedad, se reactiva. Esto provoca una erupción dolorosa, generalmente en un solo lado del cuerpo, acompañada de ardor, picazón y, en algunos casos, fiebre o malestar general.
Aunque suele mejorar en unas semanas, algunas personas desarrollan neuralgia postherpética, un dolor persistente que puede durar meses o incluso años. Por eso, la prevención es tan importante, especialmente si tienes un sistema inmunológico más sensible.
2️⃣ ¿Por qué tengo más riesgo si tengo artritis reumatoide u otra enfermedad autoinmune?
Las enfermedades autoinmunes y sus tratamientos pueden debilitar las defensas del cuerpo, aumentando la posibilidad de que el virus se reactive. Los medicamentos como glucocorticoides, azatioprina, ciclofosfamida o terapias biológicas (incluidos los anti-TNF) están diseñados para controlar la inflamación, pero también reducen la respuesta inmunitaria.
Esto no significa que debas suspender tu tratamiento, sino que debes ser consciente del riesgo y tomar medidas preventivas. El herpes zóster no solo puede ser doloroso, sino que en algunos casos causa complicaciones que interrumpen el tratamiento o requieren atención médica adicional.
3️⃣ La vacunación: tu mejor defensa
La vacuna contra el herpes zóster es una herramienta segura y eficaz para reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad y sus complicaciones. Actualmente, se recomienda la vacuna recombinante (Shingrix®), que no contiene virus vivos y puede aplicarse incluso a personas con defensas bajas.
Lo ideal es recibir la vacuna antes de iniciar un tratamiento inmunosupresor, ya que en ese momento el cuerpo puede generar una mejor respuesta. Sin embargo, si ya estás en tratamiento, tu médico puede ayudarte a determinar el momento más apropiado para vacunarte.
4️⃣ Habla con tu reumatólogo o médico tratante
Antes de tomar decisiones sobre vacunación, es importante conversar con tu reumatólogo o médico de cabecera. Él o ella evaluará tu historia clínica, los medicamentos que usas y el estado de tu sistema inmune para definir la mejor estrategia preventiva.
Recuerda que la vacunación es una parte esencial del cuidado integral en enfermedades autoinmunes. Además de prevenir infecciones, te ayuda a mantener la continuidad de tu tratamiento y a disfrutar una mejor calidad de vida, con menos interrupciones y más control sobre tu salud.
💬 En resumen:Si vives con una enfermedad autoinmune, la prevención debe ser una prioridad. El herpes zóster es una infección que puede evitarse con educación, seguimiento médico y vacunación oportuna. Hablar con tu médico sobre las opciones disponibles te permitirá anticiparte a los riesgos, reducir complicaciones y mantener tu tratamiento de forma segura.
Cuidar tu sistema inmunológico no solo es parte del control de tu enfermedad, sino también una forma de proteger tu bienestar a largo plazo. Cada medida preventiva, como la vacunación, es una inversión en tu salud, tu tranquilidad y tu calidad de vida.






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