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6 razones para participar en un estudio clínico

  • Foto del escritor: Doctora Maria Claudia Diaz
    Doctora Maria Claudia Diaz
  • 14 jun
  • 3 Min. de lectura

Cuando pensamos en ensayos clínicos, muchas veces surgen dudas, temores o ideas erróneas. Sin embargo, estos estudios son hoy una herramienta fundamental para avanzar en tratamientos médicos más seguros y eficaces. Están regulados, son éticos y pueden representar una oportunidad real para quienes viven con enfermedades crónicas como lupus, artritis reumatoide o esclerosis sistémica.

Aquí te contamos seis razones con respaldo científico para considerar seriamente tu participación.

1. Tu seguridad es lo primero: estás protegido por normas éticas internacionales


Todos los ensayos clínicos autorizados deben seguir las Buenas Prácticas Clínicas (GCP) y respetar la Declaración de Helsinki, garantizando la protección del paciente.

En Colombia, además, todo estudio debe contar con:

  • Aprobación de un Comité de Ética en Investigación

  • Aval del INVIMA

  • Seguimiento constante por parte del equipo médico

Actualmente, hay más de 420 000 estudios clínicos registrados en ClinicalTrials.gov, todos bajo estricta regulación nacional e internacional.


2. Tú decides: puedes entrar y salir del estudio cuando quieras


Tu participación es voluntaria. Antes de ingresar, se firma un consentimiento informado que explica:

  • Qué se va a estudiar

  • Cuáles son los posibles beneficios y riesgos

  • Qué exámenes y visitas incluye el estudio

  • Si recibirás medicamento o placebo

Según Health Affairs (2017), el 91 % de los pacientes que entendieron el consentimiento se sintieron seguros y cómodos con su decisión.

Y si decides salir del estudio, no hay sanciones ni consecuencias médicas.


3. Tendrás acceso a seguimiento médico más frecuente y especializado


Un ensayo clínico no reemplaza tu médico tratante, pero sí te brinda:

  • Exámenes más frecuentes

  • Consultas detalladas con subespecialistas

  • Medicamentos o tratamientos de última generación

  • Evaluaciones clínicas y de laboratorio sin costo

En estudios como el SENSCIS (esclerosis sistémica pulmonar), los pacientes eran monitoreados cada 4 a 8 semanas con pruebas que normalmente solo se hacen en centros especializados.


4. Puedes ayudar a otros pacientes como tú


Tu participación contribuye directamente al desarrollo de tratamientos que podrían mejorar la vida de miles de personas.

Gracias a la participación de pacientes voluntarios, medicamentos como el rituximab, el belimumab (Lupkynis®) o el nintedanib hoy están aprobados y disponibles para enfermedades como lupus o esclerosis sistémica.

👉 En el estudio TULIP-2 (2019), el biológico anifrolumab redujo las exacerbaciones de lupus moderado a severo en 47% más que el placebo.


5. Accedes a tratamientos innovadores que aún no están disponibles en el mercado


Muchos ensayos clínicos prueban medicamentos que aún no están aprobados, pero que han mostrado eficacia en fases anteriores.

Esto significa que podrías acceder antes que nadie a terapias que, de otra manera, podrían tardar años en llegar a la consulta habitual.

El estudio BLISS-LN (2020) permitió que pacientes con nefritis lúpica accedieran al medicamento belimumab, que luego fue aprobado tras demostrar una tasa de remisión renal completa del 30% frente al 20% con placebo.


6. No estás solo: siempre estarás acompañado por un equipo médico experto


Participar en un ensayo no significa estar aislado. Tendrás un equipo detrás que te acompaña en cada paso:

  • Médicos reumatólogos

  • Enfermeros de investigación

  • Coordinadores clínicos

  • Farmacovigilancia especializada


En más del 95 % de los ensayos clínicos de fase 3, los pacientes tienen acceso a un canal directo con el equipo médico para reportar síntomas o inquietudes (FDA Clinical Trial Stats, 2023).


En resumen:

Razón para participar

Cifra o respaldo científico

Seguridad y regulación

+420 000 estudios regulados (ClinicalTrials.gov)

Libertad de decisión

91 % de pacientes informados se sintieron seguros

Seguimiento detallado

Cada 4–8 semanas (SENSCIS, NEJM 2019)

Impacto en otras vidas

47 % menos exacerbaciones (TULIP-2, 2019)

Acceso anticipado a terapias

30 % remisión renal con belimumab (BLISS-LN, 2020)

Apoyo médico constante

95 % con canal de contacto directo (FDA 2023)


 
 
 

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